Guía para visitar Colombia: Ciudades, festivales y los imperdibles

Bogotá
Si tu viaje por Colombia empieza en Bogotá, prepárate para aterrizar en una ciudad diversa y en constante movimiento. Está ubicada en el centro del país, a más de 2.600 metros de altura, esto hace que el clima sea fresco durante todo el año.
El City Tour comienza en La Candelaria, el centro histórico, tiene calles empedradas, coloridas casas coloniales, museos, grafitis y cafés escondidos. Desde ahí puedes caminar hasta el Museo del Oro o llegar a pie a la Plaza de Bolívar, donde se concentra buena parte de la historia política del país.
Uno de los lugares más conocidos es Monserrate. Puedes subir caminando, en teleférico o en funicular y desde arriba la vista de la ciudad es impresionante.
Y si el plan es recorrer con calma, Bogotá también tiene parques enormes como el Simón Bolívar, humedales para avistamiento de aves (sí, dentro de la ciudad), cervecerías artesanales y rutas en bicicleta, como la ciclovía dominical, donde se cierran más de 100 km de vías para peatones y ciclistas.
Lo mejor de Bogotá es que siempre está pasando algo: conciertos, ferias, exposiciones, obras de teatro o festivales al aire libre. El más famoso es Rock al Parque, pero también hay eventos como la Feria del Libro, el Festival de verano y muchos más durante el año.


Medellín
Desde que bajas del avión, entiendes por qué la llaman la “Ciudad de la Eterna Primavera”, tiene días frescos, cielos claros y flores por todas partes.
El recorrido por la ciudad puede comenzar en el centro, en la famosa Plaza Botero, donde 23 esculturas gigantes del maestro Fernando Botero están al aire libre. Justo al lado está el Museo de Antioquia, con una colección muy completa de arte local. Desde ahí puedes tomar el Metro hacia otros barrios o incluso combinarlo con el Metrocable y subir hasta el Parque Arví, una reserva natural en las montañas perfecta para hacer caminatas y desconectar de la ciudad.
Uno de los lugares más impactantes es la Comuna 13. Lo que antes fue una de las zonas más golpeadas por la violencia, hoy es un ejemplo de transformación social a través del arte. Hay tours de grafiti guiados, escaleras eléctricas al aire libre, y miradores donde puedes ver la ciudad desde otra perspectiva.
Si estás en plan tranquilo, puedes pasar una tarde en el Jardín Botánico, ideal para un picnic o simplemente para pasear entre árboles, orquídeas y senderos frescos. Y si lo tuyo es la fiesta, la zona de Provenza o el Parque Lleras tienen bares, rooftops y restaurantes para todos los gustos.
Si estás en Medellín en agosto, prepárate para la Feria de las Flores, el evento más importante del año. Durante más de una semana hay conciertos, eventos, y el famoso Desfile de Silleteros, donde campesinos bajan de las montañas cargando silletas llenas de flores en la espalda.
Otro plan perfecto es visitar el pueblo de colores, Guatapé, ahí está la Piedra del Peñol, que se sube por 740 escalones y desde la cima se ve uno de los paisajes más bonitos de toda Colombia.
Medellín es de esas ciudades que te invitan a quedarte un poco más, a hablar con la gente, aprender un par de dichos paisas y volver.
Cartagena
Ubicada en la costa norte de Colombia, Cartagena tiene alma caribeña y una energía que cambia según la hora. A mediodía, el sol se siente fuerte (¡lleva agua y protector solar siempre!), pero justo cuando cae la tarde, caminar por las murallas o sentarse en alguna plaza se convierte en uno de esos planes que se quedan para siempre en la memoria.
Todo empieza en la Ciudad Amurallada, el corazón histórico. Entrar por una de sus puertas es como cruzar a otra época, cafés al aire libre, calles angostas con balcones coloniales y lugares perfectos para sacar fotos sin parar.
Muy cerca está Getsemaní, un barrio bohemio y creativo, aquí encuentras arte urbano, bares con música en vivo, mesitas en la calle y una mezcla entre lo local y lo viajero.
Un poco más lejos del centro, pero con una vista que vale cada paso, está el Castillo de San Felipe de Barajas. Esta fortaleza del siglo XVII es enorme, llena de túneles, cañones y miradores donde la brisa ayuda a hacerle frente al calor. Y si quieres panorámicas todavía más amplias, sube al Convento de la Popa.
Eso sí, Cartagena también es mar y descanso. Las Islas del Rosario o Isla del Encanto son el plan perfecto para un día de playa, arena blanca, agua cristalina, snorkel y almuerzo con pescado frito.
Si lo tuyo es la cultura, hay fechas que no te deberías perder. En enero, el Hay Festival transforma la ciudad en un punto de encuentro para escritores, artistas y pensadores de todo el mundo. En febrero, el Carnaval de Cartagena convierte las calles en un desfile de colores, música y fiestas que duran varios días. Y en Semana Santa, además de las procesiones, aparece el Festival del Dulce, con puestos llenos de sabores tradicionales que solo se encuentran en esa época.
Cartagena siempre será esa parada obligatoria cuando visites Colombia.


San Andrés
Ubicada en el único departamento insular de Colombia, esta isla caribeña no se parece a ningún otro destino del país. Aquí se habla español, creole y hasta inglés. Se baila reggae, se come con coco, y la influencia afrocaribeña está en todo.
Uno de los primeros imperdibles es Johnny Cay, una isleta con ambiente de fiesta permanente y agua turquesa para no salir nunca o el Acuario Natural, donde nadás con mantarrayas y peces de colores. También están West View y La Piscinita, perfectas para lanzarse al agua desde plataformas y flotar horas mirando el cielo. Y si tenés suerte y el mar está picado, en el sur de la isla puedes ver el Hoyo Soplador en acción: un chorro de agua que sale disparado desde una cueva marina.
En cuanto a cultura, tiene festivales como el Green Moon Festival, una celebración de raíces afrocaribeñas, música internacional y orgullo isleño. También están los Cultural Fridays, con danza y música en vivo todos los viernes.
El mejor momento para ir es entre diciembre y abril, cuando el clima está seco y el mar en calma. Eso sí, hidrátate bien, usá bloqueador todo el tiempo y llevá siempre gafas de sol.
Calí
La llaman la Capital Mundial de la Salsa y no es solo un apodo turístico. En Cali, se baila en la calle, en los bares, en las escuelas y hasta en los semáforos. Si te animás, puedes tomar una clase exprés en alguna academia legendaria como Swing Latino o Sabor Manicero.
Uno de los primeros lugares que hay que visitar es el Barrio San Antonio, es bohemio, colorido, lleno de historia y con uno de los mejores miradores urbanos de la ciudad. Ideal para ver el atardecer con una empanada valluna en la mano.
Después está el Boulevard del Río, una franja peatonal donde conviven el arte urbano, monumentos, restaurantes, cafés y el río Cali. Justo ahí cerca está la Iglesia La Ermita, ícono gótico, que se ha vuelto fondo de selfie obligatorio para los que pisan el centro de la ciudad.
Si querés ver Cali desde lo alto, hay dos opciones que nunca fallan: el Cerro de las Tres Cruces, que se sube a pie, y el imponente Cristo Rey, que te regala las mejores vistas panorámicas. Y si vas en familia, el plan es ir al Zoológico de Cali, considerado uno de los mejores de Latinoamérica, con especies bien cuidadas y un recorrido rodeado de vegetación.
Ahora bien, si estás por ir en diciembre, prepárate para la Feria de Cali: desfiles, conciertos, el famoso Salsódromo, eventos callejeros y una ciudad que no duerme por varios días . También está el Festival Mundial de Salsa en septiembre, y el cada vez más popular Cali Cocina, un festival gastronómico que reúne a chefs, cocineros locales y curiosos del buen comer.


Santa Marta
Santa Marta tiene algo que pocas ciudades pueden ofrecer, una combinación perfecta entre Caribe, montaña, selva, historia y planes tranquilos o aventureros, según lo que estés buscando.
Uno de los planes obligados es visitar el Parque Tayrona, un paraíso natural con playas escondidas, selva y senderos. Perfecto para pasar el día entre caminatas, snorkel y descanso.
Si te gusta el trekking, tienes que visitar Ciudad Perdida y hacer una caminata de varios días por la Sierra Nevada que termina en unas ruinas arqueológicas rodeadas de misterio e historia indígena.
Pero no todo es naturaleza, Santa Marta también tiene mucha historia. En la Quinta de San Pedro Alejandrino, por ejemplo, murió Simón Bolívar. Hoy es museo, jardín botánico y un lugar muy tranquilo para recorrer. El centro histórico, con sus calles coloniales y la catedral más antigua de Colombia, tiene ese ritmo suave de ciudad caribeña que invita a caminar sin prisa.
En cuanto a playas, hay para todos los gustos. Si te gustan los paisajes tranquilos y el agua cristalina, Playa Cristal o Playa Blanca son las más recomendadas. Para un ambiente más movido, El Rodadero es la zona con más hoteles, bares y movimiento nocturno.
Si estás planeando un viaje por Colombia, esta es una parada imprescindible.